CIUDAD DE MÉXICO.- Catedráticos urgieron a las autoridades a garantizar el derecho al olvido, es decir, que se conceda a un usuario de internet borrar datos que al difundirse le causaron algún tipo de afectación.

En la presentación del libro "Google: Derecho al olvido y desafíos éticos en el escenario mediático digital", coincidieron en la relevancia de que la renovación de la identidad digital sea analizada.

En la Universidad Panamericana, Edward Carter, director de la Escuela de Comunicaciones de la Brigham Young University y uno de los coordinadores el trabajo, dijo que los conflictos con datos personales pueden afectar a personas de todas las edades.

Relató que en la universidad a la que pertenece, un estudiante contó un chiste que fue considerado agresivo para la mujer y, al ser publicado en el diario de su escuela y llegar a redes, causó un efecto negativo en las jóvenes, pues se alejaban de él al buscar su nombre en la web.

El también periodista consideró que si bien en su país la primera enmienda prioriza la libertad de expresión, en la era tecnológica los casos deben tratarse de forma individual.

"Está arruinada mi vida', dijo (el alumno). Hay excepciones, (...) se trata de medir la justificación para las excepciones a la igualdad y la libertad, en este caso, de olvido", expuso.

"Apliquemos el balance entre la libertad de expresión y la privacidad de manera que tomemos en cuenta la importancia de publicar cosas, pero a la vez mantener la memoria", agregó.

En tanto, María José Labrador, Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, y también coordinadora de la investigación, resaltó la importancia de tener un control virtual de los datos.

Labrador consideró necesario tener la posibilidad de eliminar información, sobre todo aquella, acotó, que es falsa, con el objetivo de evitar prejuicios basados en infamias.

Por su parte, María Teresa Nicolás, investigadora de Navarra, España, y catedrática en la Universidad Panamericana, consideró que también debe de seleccionarse la información divulgada tanto en redes sociales como en internet.

Aconsejó revisar los términos y condiciones de cada plataforma, al aseverar que un clic, ahora, equivale a una firma en un contrato.