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El PRI está herido
Redacción
28 de Enero de 2015

“Fue muy difícil para mí recibir la decisión, que así como ustedes, yo tampoco la esperaba”, dijo Ernesto Gándara Camou a sus colaboradores, a quienes pidió trabajar por la unidad priísta

Concluyó la lucha sorda, entre grupos de poder, al interior del PRI, y finalmente, como de todos es sabido, se nominó a Claudia Pavlovich Arellano, como candidata de unidad.

Luego del desgastante proceso interno, donde solamente las opiniones, argumentos y poder político de los círculos privilegiados del priísmo tuvieron cabida, se determinó encauzar a Claudia como la abanderada del tricolor en pos de la gubernatura de Sonora.

Para tal efecto, registró ayer, en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI, en Hermosillo, su precandidatura, disponiéndose a fortalecer la unidad que deberá ser eje fundamental en el proceso de campañas que desembocarán el 7 de julio, donde efectivamente se sabrá si los notables del PRI, entre ellos Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong, Emilio Gamboa Patrón, César Camacho Quiroz, Ricardo Mazón, tuvieron razón en repetir el ceremonial del “sacrificio del cordero”.

Y ayer mismo, Ernesto Gándara Camou, se reunió con integrantes de su proyecto, conminándolos a construir la unidad dentro del PRI, para que el PAN no refrende su negativo poder en Sonora:

“Traigo muchas cosas en la mente. Expresiones de cariño, de afecto, de rabia, de molestia, de sentimiento, de injusticia, de mucha gente que me ha hablado o que me ha escrito con cariño. Dios nos da la oportunidad de decidir, pero él sabe qué es lo mejor para todos y todas, aunque a veces no lo podamos entender o comprender”, precisó.

“Estoy seguro –dijo- de que hay muchos sentimientos encontrados. Anoche cuando me reuní con muchos amigos en la Ciudad de México, viendo ahí a ver qué pasaba, y cuando les informé, les dije lo que había decidido mi partido, donde me comprometí a construir una candidatura de unidad, pues la verdad todos estaban trabados, muy molestos”.

Y mostró su confusión, la misma que embargó a miles de sonorenses: “La adversidad puede ser un gran reto o un gran éxito. Fue muy difícil para mí recibir la decisión, que así como ustedes, yo tampoco la esperaba”.

Nadie puede negar, pues, que el PRI está herido, que ese tajo se lo propinaron sus mismos notables, Beltrones, Peña Nieto, Camacho Quiroz, y que, pese a la voluntad de Ernesto por consolidar la unidad, no bastará su esfuerzo para detener la hemorragia que seguirá fluyendo, porque, como bien decía don Jesús Reyes Heroles, legendario ideólogo priísta, “el engaño en política, es tan difícil de ocultar como la verdad”.

Le saludo, lector.