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Israel no se rinde y establece sus propias metas
Mónica Valdivia
21 de Marzo de 2017

CIUDAD OBREGÓN.- Cuando empezó a correr a los 13 años de edad, se llegaron a burlar de él y hoy Israel Omaña Velázquez se da el lujo de decir que ya perdió la cuenta de cuántos maratones tiene en su historial y las veces que ha subido al podio. 

Su historia de vida es digna de compartirse. El originario de Cuautla, Morelos y con residencia desde hace un par de años en Ciudad Obregón, perdió la pierna izquierda a la edad de siete años a consecuencia de un accidente automovilístico.

El proceso de aceptación de su nueva condición física fue difícil pero tenía dos opciones, pasar el resto de su vida lamentándose en una silla de ruedas o tomar unas muletas y salir adelante. Israel optó por lo segundo. 

“Llegó a haber gente que me decía no podrás, mira cómo estás, muchos peros, pero uno es el propio motor de sí mismo, uno sabe hasta dónde va llegar y uno sabe qué metas se va proponer para salir adelante”, dijo. 

Su gusto por el atletismo lo motivó a buscar estudiar una carrera relacionada con el acondicionamiento físico, sin embargo se topó con pared ya que tanto la Escuela Superior de Educación Física (ESEF) como la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED) en aquel entonces no aceptaban a personas con capacidades diferentes. 

Israel terminó por estudiar Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica y actualmente trabaja para el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano. 

Luego de años de entrenamiento y participar en competencias menores, a la edad de 18 años corrió su primer maratón, el Maratón Rotter Coatzacoalcos de Veracruz. 42 kilómetros de campo traviesa desde la Ciudad de México hasta Cuernavaca, Morelos. 

De ahí le siguieron maratones como el de la Ciudad de México, Guadalajara, Colima, Los Cabos, Puerto Vallarta, Oaxaca y Mazatlán, entre otros. 

En su estado natal, fue reconocido con el Premio Estatal del Deporte, y aunque guarda con cariño reconocimientos, medallas y

trofeos ganados, no es lo que lo motiva a correr sino el demostrarse a sí mismo que es capaz de lograr más de lo que se plantea. 

“Yo lo que le puedo decir a las personas es que persigan sus sueños, ilusiones, así sea mínimo y la gente se ría de uno, porque me ha pasado a mí , me han dicho es que no puedes, se han reído y dicho que estoy loco, pero aquí estoy, sigo vivo, echándole ganas, al cien, tratando de ponerle los menos peros posibles a la vida”, expresó. 

Israel además de correr, camina, pedalea, nada y hace crossfit y espera pronto lograr comprar una prótesis que le permita desplazarse mejor que las muletas que han sido su gran apoyo desde hace 32 años.