Menos mal que en el PRI Cajeme se dedicaron durante los últimos 15 meses a fortalecer la unión de los diferentes grupos en torno a objetivos comunes y para ellos eran frecuentes las reuniones entre ex alcaldes, el Alcalde y ex presidentes de su partido entre otros personajes -cerramos filas- decían, se nota.
El PRI aún no decide, las cosas se complicaron a su interior y en cualquier escenario no se ve una salida de la que vayan a salir bien librados sin importar quien encabece la fórmula en busca de la alcaldía, y es que la historia reciente dice que el peor enemigo de un priista es otro priista. Vamos a esperar a ver quién decide la dirigencia del PRI en Sonora y la Jefa del Ejecutivo para ver cuánto crecen los momios de los partidos de oposición e independientes con el apoyo de esa parte del PRI excluido.
La estructura del tricolor esta lista para operar o para quedarse impávida dependiendo de quién sea el candidato o candidata que surja después de su proceso interno. Ya hemos visto esa película varias veces y es siempre interesante, divertida incluso para quienes no tenemos ese apasionamiento tribal.
Según los nombres que hemos visto en los diferentes partidos no hace falta hacer mucha campaña para saber cuáles serán sus propuestas y en torno a que trabajarán más.
A Gustavo Almada le he escuchado decir que son el cambio y garantía de eficiencia, que la culpa de todo radica en elegir a los políticos tradicionales pues rinden cuentas a sus partidos y no a los votantes pero que sus planes en caso de llegar a la presidencia municipal van a hacer que Cajeme brille como décadas atrás.
Rodrigo Bours le apuesta al activismo en redes sociales sumado al hartazgo de los ciudadanos ante la falta de resultados e ineficacia de los gobiernos en los problemas más sensibles, sus planes son medibles y alcanzables, sabe que debe tener representatividad en el gobierno municipal y plantea un proyecto incluyente demográficamente hablando.
El PAN sabe que todavía no es tiempo de aparecerse en la escena, lo hacen sus dirigentes desde la capital del estado que reclaman una cuota de notoriedad, si se aplican bien como oposición responsable tal vez dentro de tres años logren recomponer un poco su identidad y salvar su nombre. He tenido poco contacto con Andrés Salas, pero se sabe que tiene mucha cercanía con liderazgos sin embargo no se trata de él, es la marca la que no goza de buena reputación.
Y mientras tanto en Morena la división es evidente entre sus integrantes, no hay claridad ni siquiera entre los aspirantes para decirnos si quieren o no ir por la alcaldía, tropiezan con los significados de su organigrama y vistos desde fuera pareciera que solo buscan unas cuantas regidurías apuntaladas con la imagen de los votos que sin duda va a tener Andrés Manuel López Obrador.
Pero más allá de quien gane la alcaldía el próximo 1 de julio, todos los candidatos y candidatas pero sobre todo los ciudadanos debemos estar conscientes que se enfrentará un escenario difícil por la falta de presupuesto, si a la actual le está yendo mal por la lentitud en las participaciones a la próxima le va a ir peor por una serie de factores externos.
Creo que es hora de meterse a la página de transparencia del Municipio y en base a números reales hacer corridas de cómo van a ejercer el presupuesto, nos podemos dar una clara idea de la seriedad de sus propuestas hablando de pesos y centavos en cuanto a las finanzas municipales, por ejemplo de cómo adelgazar la nómina (ahora sí en serio por favor) de que tan eficiente es el Oomapasc que tiene una estructura obesa al funcionar como agencia de colocación y se quejan siempre que sus recursos no alcanzan.