Tienen los priistas candidato a la alcaldía de Cajeme, es Emeterio Ochoa Bazúa quien aparecerá en las boletas con la intención de que se extienda tres años más el PRI al frente del gobierno municipal, la tarea de convencer a los electores no es nada sencilla, de entrada, tendrá que luchar contra el descrédito que enfrenta su partido cuyo origen radica en la misma figura presidencial.

Si piensan en Sonora colgarse del candidato oficial y su equipo de estrategas cometerán tremendo error pues José Meade nomás no da color, el PRI pues enfrenta un panorama desfavorable a menos de cuatro meses del proceso electoral, la aversión de un buen segmento de electores hacia el tricolor puede repercutir en los números locales.

Emeterio Ochoa Bazúa fue electo el domingo en un evento muy priista con todo lo que ello implica, arropado por los suyos. Sin mencionarlos por sus nombres dijo estar dispuesto a tender los puentes de dialogo hacia quienes no apostaban por él rumbo a la elección del 1 de julio.

Una situación que debe valorar el candidato del tricolor es qué tanto le pueda beneficiar o perjudicar su cercanía con el actual secretario de Desarrollo Social Rogelio Díaz Brown; queda muy claro que hasta este punto el saldo es positivo pues no se imagina su llegada a la candidatura sin el apoyo del ex alcalde. 

A partir de ahora le tocará a Ochoa Bazúa forjar su propia trayectoria, a nadie en la política y menos a un joven de 32 años le crea una buena imagen permanecer bajo la sombra otro personaje más aún – como es sabido por todos- que Díaz Brown gobernó poco y su administración tuvo el sello irresponsable de sus subordinados, delegar en ellos le sirvió para que se le considere como un servidor público ausente, más al pendiente de lo que necesitara su partido que los propios cajemenses.

Nadie escarmienta en cabeza ajena, pero de las primeras enseñanzas que tiene ante sí Ochoa Bazúa es aprender que en la boleta aparecerá su nombre y no el de su secretario particular o algún otro subordinado.

Por ejemplo, amable lector, de qué forma se explica si no es con la de la nula visión de futuro, la incompetencia o de plano la corrupción, que una obra a la que se le invirtieron 56 millones de pesos cumpla este miércoles 30 meses sin tener el uso para el que fue creada. Se trata del rastro municipal (mal llamado TIF) ¿Es que nadie dará una explicación de que fue lo que ocurrió?

Lado flaco

Ya le encontró la oposición un lado flaco a ese back to back del PRI en el gobierno municipal, se trata de la Secretaría de Desarrollo Social, sin información oficial por parte del ISAF durante el periodo que Denisse Navarro Leyva estuvo al frente de la dependencia las cosas no se hicieron, digamos, como se plasmó en los proyectos, lo bueno es que el Ayuntamiento de Cajeme tiene en la figura del Contralor Municipal a uno de los personajes más entregado a la opacidad de que se tenga memoria, si lo ha hecho a lo largo de 30 meses de la actual administración, ¿qué tanto es tantito? Bien puede cerrar con broche de oro su desempeño al servicio de la nula rendición de cuentas.

Ojalá se despejen las dudas respecto a la Secretaría de Desarrollo Social, si a esto se le suma la cantidad de información que el equipo de la ex secretaria filtraba sobre su antecesor donde se dejaba entrever que tuvieron que lidiar con un tremendo desorden no quiero pensar el ambiente al interior de los equipos de campaña. Faltan más de dos meses para que inicien, tiempo de sobra para zanjar toda diferencia.

Un lastre

En el PAN Cajeme no aprenden lo más elemental, en plena temporada de cosecha de simpatías su dirigente hasta hace unos días y actual candidato Rafael Delgadillo Barbosa se exhibe con uno de los personajes más detestados en el ánimo de la sociedad cajemense a raíz de la exigencia de libertad para Irene Manzo, si en alguien cabe el sentido común en el albiazul debieran considerar que lejos de percibirse como un personaje que sume, la presencia de este individuo le puede abonar un declive más estrepitoso en cuanto a imagen a este proyecto político, dudo que en votos se pueda restar más.