CIUDAD OBREGÓN.- Esperar a tomar líquidos hasta tener sed, aumenta las probabilidades de que el cerebro ya no pida agua natural sino bebidas carbonatadas y azucaradas que contribuyen al aumento de peso en las personas.
Jesús Valenzuela Quiroz, nutriólogo adscrito al Hospital General de Ciudad Obregón, mencionó que cuando una persona tiene sed es que los niveles de azúcar en su organismos ya están bajos por lo que el cerebro pide bebidas como refrescos, jugos o aguas frescas con alto valor calórico.
La sed, añadió el también maestro en nutrición clínica, es el primer síntoma de que el cuerpo está por entrar a un estado de deshidratación.
Lo recomendable es evitar la sed distribuyendo el consumo mínimo de dos litros de agua natural a lo largo del día.
“Por norma son ocho vasos de agua al día, yo en mis tratamientos recomiendo antes de desayunar un vaso con agua, después de desayunar, antes de comer, después de comer, antes de cenar, después de cenar y entre horas igual”, declaró.