CIUDAD OBREGÓN.- El aroma a café tostado que se respira alrededor de la pequeña carreta que Ariz Contreras tiene en las afueras del IMSS por la calle Guerrero, hace prácticamente irresistible no detenerse a disfrutar de la bebida.

Hace un par de años, cuando vendía panecillos en esa área médica, sus clientes con frecuencia le preguntaban por qué no ofrecía también café, lo que la animó a emprender el pequeño negocio al que llamó “Mi café tostado”.

Además del aroma, quienes llegan al lugar se sienten atraídos por el proceso de elaboración del café, ya que pueden observan desde el molido de granos tostados a la leña, el colado en talega y las jarras de peltre que a muchos les traen buenos pero nostálgicos recuerdos de etapas pasadas en sus vidas.

“Más que vender café, nosotros movemos recuerdos, todos los días, no existe el día que una persona recuerde a su mamá, abuelita, a la tía cuando estaban en su casa, el hecho de que vean el molino, las arras, talega, hay gente que ha llorado, les eriza la piel por el hecho de mover esas fibras tan importante que es recordar a nuestros seres queridos”, comentó.

El café, que es traído verde desde Veracruz y Oaxaca, lo pueden disfrutar negro o con leche y además de endulzantes como azúcar normal, stevia, mascabado y piloncillo, el consumidor puede jugar con los sabores y añadirle especias como anís, cacao, jengibre, nuez mascabado y canela.

El éxito del café que vende Ariz, radica también en la atención que le brinda a los clientes, siempre con amabilidad, con una sonrisa y buen ánimo.