CD. OBREGÓN, SONORA MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2024
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Gustavo Zamora
6 de Agosto de 2018

Faltan 40 días para que Sergio Pablo Mariscal Alvarado proteste como alcalde de Cajeme –para que haya Gobierno- como él mismo lo dijera en la rueda de prensa de la semana anterior, dejando entrever que en la actual administración de Faustino Félix no lo hay.

Nos dio una probadita de lo que será su equipo de colaboradores, en algunas áreas vemos personas muy capaces, con rectitud a toda prueba, en otras muy importantes designó a personajes entregadísimos al proyecto de Guillermo Padrés. 

Presumió Mariscal Alvarado sus coincidencias con los lineamientos de Andrés Manuel López Obrador en cuanto a los criterios para seleccionar a sus colaboradores pero pareció olvidar que el tabasqueño dijo también que tendrían prohibida la contratación de familiares, no me refiero a alguno del Alcalde electo sino al cuñado del Diputado Federal. Los votantes se inclinaron por Morena porque se cansaron precisamente de la transa pero también del nepotismo y la simulación.

A lo mejor quiso también alinearse con las acciones de AMLO pues si a nivel federal hay cabida para personajes como Manuel Bartlett o René Bejarano que no la haya aquí para los sobrevivientes del “Nuevo Sonora”.

Por cierto que no cayó bien en algunos ciudadanos que representarán a Morena en el próximo cabildo la precisión que hiciera Mariscal respecto a que no hay compromiso de llenar palacio municipal con integrantes de ese partido, pero de eso se trata la sana administración pública, por ejemplo si Faustino Félix no hubiera puesto a tanto priista incapaz a lo mejor tuviera un final de trienio con menos reclamos por parte de los cajemenses en lo que se refiere a obras con calidad deficiente muchas de las cuales, por no decir que todas, no fueron debidamente supervisadas.

Eso de utilizar las dependencias del gobierno municipal para contratar a parientes y allegados solo por pagar favores de campaña es la raíz de buena parte de los problemas de las administraciones municipales, a la falta de vocación súmele la pérdida de tiempo al distraerse en asuntos partidistas –que al final no sirvieron de nada por cierto- y tendrá la explicación de muchos temas donde estamos rezagados.

En materia de seguridad pública cada día estamos peor, es de dudarse que una vez instalado el nuevo gobierno municipal, el crimen organizado vaya a optar por “abrazos y no balazos”, julio fue un mes terrible en el tema de seguridad y agosto también pinta rojo intenso, -se matan solo entre bandas delictivas- era la explicación que nos ofrecían quienes se dicen expertos en el tema, pero el mes pasado nos recordó que también son víctimas ciudadanos que no tienen nada que ver con el crimen organizado, ellos están en la indefensión.

Una pena lo que pasó con la llegada de la tan publicitada empresa fabricante de lentes que generaría más de 250 empleos en el pomposamente llamado Parque Tecnológico de Alta Manufactura (Pitam), resulta que según los encargados de aterrizar empresas y promover al municipio las instalaciones fueron saqueadas y robado el cableado cuyo costo supera los nueve millones de pesos. Ese es el motivo por el que la empresa de lentes no se ha instalado en Cajeme y no me haga mucho caso pero en Guaymas muchos ya alistan sus curriculums ante el crecimiento de la empresa, de hecho se ofertan los empleos en las principales agencias siendo algunos de esos para los que se preparan los jóvenes en las universidades de Cajeme.

Ya pasó un mes de la elección donde políticamente hablando no quedó piedra sobre piedra y en el PRI Cajeme parecen no reaccionar sobre los pasos a seguir, una buena parte de los servidores públicos de esos mal llamados “de primer nivel” quisieran primero entregar sus oficinas de forma decorosa y luego ver que se puede rescatar de su filiación partidista, si es que se puede.

No son los únicos, en el PAN se están dando con todo por ver quién se queda con los restos del albiazul, una regiduría pareciera ser lo único de valor a estas alturas cuando los electores reprobaron sus proyectos.

Ambos partidos tienen algo en común; solaparon los excesos y la corrupción a todas luces incubada desde sus dirigencias y los gobernantes que de ahí emergieron, la autocrítica se diluyó hasta darle la espalda al ciudadano. Hoy pagan sus pecados.