La reacción de Sergio Pablo Mariscal en la víspera ante una pregunta sobre la violencia que se manifiesta de tantas formas en Cajeme lo retrata tal cual es, una persona obcecada y con una percepción de grandeza de sí mismo que por supuesto no corresponde a la realidad.
Por el contrario, el Presidente municipal intenta -sin éxito claro- vendernos una imagen de experiencia, capacidad de gestión e innovación en el servicio público, pero es tan primario y básico que a la primer idea contraria se descompone.
¿Estás golpeando o qué con esa expresión? Soltó Mariscal Alvarado en otra manifestación de su pobre capacidad de intercambiar ideas sin descalificar o asumirse como el dueño de la razón y ante la cual todos deben ceder.
Para tratar de entender su actitud hostil quizá debiéramos referirnos a octubre pasado, cuando en medio de la exigencia por mayor seguridad los vecinos optaron por la autodefensa, también en una improvisada rueda de prensa aludió a su personalidad de bravucón.
“Ese terreno es muy peligroso porque si a bravuconadas vamos aquí está el Presidente municipal”, presumió en aquella ocasión. Efectivamente, Sergio Pablo Mariscal no es más que un valentón que para todos tiene el mismo discurso, el de ser un instrumento de la llamada Cuarta Transformación.
Su estrategia de comunicación lejos de basarla en el respeto hacia los comunicadores es una copia al carbón de los gobiernos emanados del PRI y el PAN quienes buscaban con la cercanía y el dinero ganarse las simpatías de columnistas, reporteros y editores, hoy los vicios siguen siendo los mismos quizá cambie una que otra cara, pero arroparse con aduladores pareciera ser la estrategia.
Y mientras cuestionaba a una reportera de intentar “golpearlo” con una pregunta, a kilómetros de ahí, en palacio municipal se concentraban decenas de patrullas de la Policía Municipal con elementos armados que se desplegaron por varios puntos dentro y fuera del inmueble ¿la amenaza? Una manifestación de habitantes de Pueblo Yaqui y precaristas que solicitaban ser atendidos en necesidades muy elementales, la utilización de la fuerza pública para intentar disuadir una manifestación al más puro estilo de sus antecesores.
Pero si la mañana fue mala la tarde fue peor para el presidente municipal, el análisis del Plan Municipal de Desarrollo lo confrontó con los regidores que de manera inútil trataron de hacer entender que para la ejecución de un plan y más si hay que atender necesidades es necesario contar con recursos y no los hay, peor todavía, no busca eficientar el gasto en su proyecto de gobierno, exhibió tanto el cobre que acusó a quien tuvo que ausentarse ya iniciada la reunión por motivos de salud.
Los grandes problemas heredados de la administración de Faustino Félix no están siendo atendidos en su origen por la de Mariscal Alvarado, las condiciones actuales exigen seriedad, eficiencia, capacidad y liderazgo, cualidades que se han puesto en duda en Sergio Pablo, una persona impositiva acabará tarde o temprano sosteniendo discusiones con el espejo.
Lleva apenas cuatro meses en el honroso cargo, le faltarán 32 a partir del día de mañana y de corazón se le desea una administración exitosa, dependerá mucho de predicar con el ejemplo, de que haga de la austeridad el sello de su administración y deje la simulación de lado, de que su equipo cercano logre entender que el servicio público y más en la coyuntura actual debe enaltecerlos y no caer en fatuos juegos de poder.
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