Está en la gloria el Gobierno Municipal de Cajeme comparado con sus vecinos de Bácum, Navojoa o Guaymas, aun así, hay tremendos yerros que los ciudadanos no podemos permitir, destaca el desprecio que Sergio Pablo Mariscal tiene por las expresiones que disienten de su punto de vista.

En la sesión de cabildo del 15 de enero la Sindica Municipal se abstuvo de votar el Plan Municipal de Desarrollo, como parte del cuerpo edilicio Elizabeth Ayala está en todo su derecho de manifestarse como a su juicio crea conveniente, sin embargo, ya anunció Ascensión López Durán secretario del Ayuntamiento que su voto lo cambiará en el acta.

Es que es tan increíble como grave lo que pasa con ese tema. Es un completo despropósito y más inconcebible porque lo promueven quienes dicen representar a la izquierda, los que enarbolan la inclusión y el respeto a la voluntad en primer lugar de una mujer y en segundo de una integrante del gobierno.

Nunca tuvo la razón y a Ascensión López Durán ya se le acabaron los argumentos, el único camino que queda es la cerrazón, levantar la voz y decir que ese tema ya forma parte del pasado, que hay que darle vuelta a la página, cualquier cabildo con un poco de dignidad ya hubiera solicitado la remoción de este empleado municipal.

Quizá la razón de tener a López Durán en el equipo de Mariscal sea basada en la conseja popular que dice ten a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca, para nadie es un secreto la formación de grupos afines al secretario -y no al Alcalde- en los sectores populares, esa película ya la vimos hace 19 años.

Y a propósito, ¿por qué surgió todo este embrollo?… ¡¡¡Aaahh sí!! Por el Plan Municipal de Desarrollo, ese documento inconcluso que no convenció ni al Alcalde pero que tenía que ser votado y pasar obviamente para evitar una observación del ISAF.

Tuve la oportunidad de conversar con Jesús Grijalva Monteverde, uno de los redactores del Plan, debo decir, una persona que inspira confianza y de buen trato, preparada y conocedor de los deberes del servicio público, sin embargo el resultado plasmado en el documento dista mucho de ser un plan, acaso será un fascículo de buenas intenciones y de como debiera ser un municipio en caso de tener un gobierno responsable y con recursos suficientes, consideramos con todo respeto que un plan es otra cosa, se deben incluir no solo los qué sino los cómo.

Los cabestros del Alcalde

Como parte de la fiesta brava, los toros de lidia requieren hacerse acompañar de bestias mansas para un mejor manejo cuando son trasladados de un lugar a otro en los campos de las ganaderías, a estos toros mansos que son castrados para bajar su ímpetu y no se genere un ambiente hostil entre los astados se les conoce como cabestros, sin estas reses los campos bravos serían un cruento campo de batalla. Son tan dóciles que responden a un grito o una voz de los caporales.

Algo más o menos así tiene Sergio Pablo Mariscal en los actos públicos donde se presenta, desde el inicio de su administración un grupo de reporteros, por llamarlos de una forma, lo acompaña y cuando se presenta la oportunidad de que interactúe con la prensa se colocan a su alrededor para cuidarlo de lo que el mismo alcalde cataloga como “golpes o ataques”.
 
Ignoramos de donde surgió tan genial idea, pero no debe ser tan buena porque al menos en los recientes eventos el alcalde sale apresuradamente para evitar encuentros con representantes de los medios. Que irónico, justo cuando Andrés Manuel López Obrador anunció el término de la subvención a las empresas y comunicadores aquí se retoma esa práctica.

Ojalá en alguien quepa la cordura porque eso dista mucho de una relación sana entre la prensa y el gobierno municipal, es una falta de respeto y una práctica humillante principalmente para quienes se prestan a eso además de ser un fastidio que se mezclen las preguntas serias con las zalamerías.
 
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