A Rogelio Díaz Brown le dieron un reconocimiento en 2013 por “Buenas Prácticas de Gobierno”, ¿y quién pudo habérselo otorgado? quizá se esté preguntando amable lector, pues nada menos que Bárbara Botello Santibáñez, ex alcaldesa de León, ex presidenta de la Federación Nacional de Municipios de México, se le acusa de peculado (a Bárbara) y este día fue detenida.

Después de su gestión y sin necesidad de revisar estados financieros, no creo que haya alguien en Obregón que crea que la administración de Rogelio haya tenido eso que llaman “buenas prácticas”, las consecuencias aún las padecemos, un contrato con Optima Energía que dejó en penumbras a la ciudad y a oscuras a las comisarías, entregó el organismo de agua a un sindicato insaciable y posiblemente lo más ofensivo: el beneficio de allegados con la compra venta del predio del rastro.

A seguir el ejemplo

Lo que ofende es la corrupción en las obras y los contratos, decía Sergio Pablo Mariscal hace un año cuando las campañas por la alcaldía estaban en su apogeo, ahora que es Presidente Municipal es un poco más, digamos, mesurado.

Pareciera estar en su zona de confort, donde es preferible que se le meta al mismo costal que los alcaldes priistas a ordenar investigaciones serias, nueve meses después Contraloría es una caricatura de dependencia.

En el caso de la remodelación de las calles Jalisco y Sufragio preocupa la tibieza en el tono del reclamo, ¿Qué no tienen en su ADN como buenos representantes de izquierda la protesta? ¿Acaso no hay motivos para elevar el nivel de la inconformidad? En estos casos hay que encabezar los movimientos, los ciudadanos lo seguirían pues la causa es justa.

Aprovechando la coyuntura nacional y el ejemplo que pone AMLO de ir por quienes administraron mal los recursos públicos, el Alcalde tiene una oportunidad de oro para demostrarnos a los cajemenses que su lucha contra la corrupción es en serio y no se queda nada más en la frase “no vamos a solapar a nadie”.

Algunos regidores ya le han dado un norte por donde irse, corresponde a él tomar las cosas en serio para que los ciudadanos podamos distinguir entre Sergio Pablo Mariscal y quienes le antecedieron. Hasta hoy se mimetiza con los priistas.

Aún está a tiempo Sergio Pablo Mariscal. Hace apenas nueve meses se comprometió a cumplir y hacer cumplir las leyes “y si no que el pueblo me lo demande”, desde el primer día se lo está demandando, aún está a tiempo.

Como ya hemos visto en varios episodios al Alcalde no le gusta nada eso de ser cuestionado, sus reacciones en vez de posicionarlo ante los ojos de los cajemenses como un líder ecuánime lo sitúa como alguien que no acostumbra a dialogar con quienes tengan una visión distinta a la suya, también en el tema de rendición de cuentas Cajeme tiene un rezago enorme, ojalá pronto veamos “buenas prácticas de Gobierno” empezando por hacer cumplir la ley.