Ya no es el doloroso promedio de dos muertos por día que arroja la estadística durante el mes de junio sino la barbarie en los homicidios, la atrocidad de cada acto y la incompetencia de las autoridades, todas, para combatir a los delincuentes nos hace pensar que aún no tocamos fondo.

Indigna mucho más a los ciudadanos que pese al dolor de decenas de familias y la zozobra de miles más, las autoridades se encuentren distraídas pensando en el 2021, y se le apueste a la llegada de la Guardia Nacional como la solución a todos los males.

Primero el Alcalde de Cajeme el sábado y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal al día siguiente informaban que los operativos se iban a intensificar, la respuesta que obtuvieron fue contundente, unos cuerpos mutilados abandonados en la vía pública.

El mal no es de ahora, la ineficiencia y la falta de valor para enfrentar la realidad sí lo es. A la ausencia de resultados y estrategia hay que agregarle un ingrediente extra: tenemos un Alcalde que no le gusta el llamado a cuentas como responsable de la seguridad del municipio.

Los silencios de las autoridades son ocupados con los estruendos de las balaceras o con el llanto de familias que tienen el infortunio de perder a algún integrante en medio de una sociedad decadente, ávida de consumir muerte y dolor.

En materia de seguridad se perdió tiempo valioso y cientos de miles de pesos (si no es que millones) en estrategias fallidas, creyeron algunos de la administración anterior que con obras de teatro dirigidas a secundarianos la paz regresaría a las calles de Cajeme.

Es hora que los encargados de la seguridad en los tres órdenes de gobierno recuerden para qué devengan un sueldo y ofrezcan resultados, son ellos quienes van a cambiar la percepción de que hoy las cosas están peor que antes no las editoriales de los medios “de casa”.

El equipo que políticamente rodea y asesora a Mariscal Alvarado en nada le ayuda y por el contrario le crea una peor imagen, en cabildo por ejemplo cada vez que se tocan los temas de seguridad sale al quite un regidor de nombre Francisco López (Morena) e intenta desacreditar los dichos de la oposición con argumentos tan fuera de lugar como la gran estructura partidista de Morena, o que sus números no son los correctos.

Suponemos que a estas alturas el Alcalde sabe que quienes le prometieron el oro y el moro vendiéndose como los grandes “influencers” que lo posicionarían en la cima solo buscaban darle unos zarpazos al presupuesto para beneficio de ellos y los suyos, porque de resultados en imagen y opinión positiva no hay nada, al contrario, cada vez se le percibe más distante de los ciudadanos.

En tres meses habrá de rendir un informe a los ciudadanos, ojalá ya para entonces vuelva a tocar piso firme. Antes, en dos fines de semana más se cumplirá un año de su elección, será un buen momento para reflexionar sobre qué hizo a los ciudadanos buscar una opción distinta, no es tarde para retomar el rumbo y estar a la altura de las circunstancias.