La mayoría de las personas tienen habilidades o destrezas producto del conocimiento sumado a la práctica, de la misma forma, hay tareas para las que pareciéramos no estar preparados, mientras tengamos claro que en estas últimas requerimos ayuda no habría mayor problema. Alfonso Durazo Montaño no es bueno para seleccionar colaboradores, en 20 meses como gobernador nos ha demostrado que eso de seleccionar perfiles no es lo suyo.
Salvo excepciones, como Fátima Rodríguez en Sagarhpa o Wendy Briseño en Sedesson, el primer sexenio morenista en Sonora no es distinto de los anteriores en cuanto a rellenar la estructura pública con personas con insuficiente preparación, lo que después se traduce en inoperancia institucional.
No son pocas las veces que el gobernador ha hecho cambios en su equipo cercano porque sus primeras apuestas no dieron el ancho o peor aún, en su desempeño no observaron buenas prácticas o su pasado los alcanzó y debieron enfrentar las consecuencias de procesos legales, de cualquier forma, eso refleja la falta de un procedimiento adecuado para seleccionar servidores públicos.
Tal vez no estamos valorando lo suficiente la importancia de la selección del Ejecutivo en el puesto de Fiscal General en el estado, más allá del concepto retorcido detrás de una frase que soltara al inicio de su administración -no confundan autonomía con soberanía- es lógico y hasta deseable que ese puesto dependa jerárquicamente del gobernante en turno, así ha sido en la práctica no nos engañemos.
Ojalá la propuesta única de Alfonso Durazo haya sido razonada y cumpla a la par de las instrucciones que el gobernador le pueda dar, con la profunda necesidad de justicia para miles de víctimas en Sonora, a lo largo y ancho del estado la impunidad está presente siendo el aliciente para que los delincuentes transgredan la ley.
Los mensajes que ha enviado el crimen organizado a las fuerzas policiales han sido contundentes y el resultado nos agravia como sociedad. En 45 días han asesinado a tres policías de Cajeme y al igual que ha ocurrido en otros homicidios de alto perfil las investigaciones llegan a un punto donde parecen no avanzar.
UTS
Regresando al punto de las deficiencias del Gobernador como “headhunter”, es claro que una cosa es decir y crear altas expectativas y otra hacer, en campaña recuerdo que se le preguntó si tendría Morena y aliados el capital humano para hacerse cargo de esos puestos que se relevan, aseguró que no se les debía subestimar. Hoy la realidad nos dice que estaba equivocado.
En Cajeme, por ejemplo, la Universidad Tecnológica del Sur de Sonora (UTS) está plagada de personal que arribó con el cambio de administración estatal sin experiencia, preparación o siquiera disposición de aprender, los planes que tenía el rector Ovidio Villaseñor se diluyeron tan pronto vio que alrededor suyo le impusieron a personas que no son para estar en una universidad.
De por sí el nivel académico de la institución no era el más alto en la región, con los cambios sexenales a los alumnos se le acabó por perjudicar aún más, para colmo, en vez de enfocarse a mejorar aspectos de una universidad, Villaseñor en enfrasca en grillas baratas que son producto de la poca altura de sus colaboradores.